Seymour Diamond, M.D.
Presidente Ejecutivo, National Headache Foundation
Director, Diamond Headache Clinic

Es bien conocido que el paciente que sufre de un dolor de cabeza tipo-tensión leve, el cual puede ser aliviado con una aspirina, raramente visita al médico para ser tratado por esta condición. Sin embargo, si el dolor de cabeza ocurre diariamente, está presente cuando el paciente se despierta y dura la mayor parte del día y ha sido recurrente por meses o años, este paciente sufre de un problema terapéutico importante. Estos han sido los pacientes que han sido vistos por un médico debido a los continuos dolores de cabeza que no pueden ser tratados con analgésicos comunes.

En 1964, el dolor de cabeza tensional fue reconocido (por el autor) como un síntoma serio de la depresión. La depresión no es una enfermedad fácil de reconocer y sus síntomas son usualmente mal interpretados. Los típicos pacientes depresivos son reconocidos con facilidad por la mayoría de doctores. Estos pacientes se caracterizan por su entrada a la oficina del médico con un cierto aire de tristeza, sus movimientos son torpes, la comunicación es lenta, se ven desanimados y suspiran frecuentemente. Sin embargo, la mayoría de pacientes con depresión presentan diferentes síntomas, que non necesariamente los síntomas clásicos. Para diagnosticar estos casos de depresión, es esencial que el doctor efecúe una labor de detective y que obtenga un minucioso antecedente siquiátrico del paciente, como su estado civil, vocación, vínculos sociales, situaciones de estrés, características de personalidad, hábitos, maneras de combatir la depresión, y problemas sexuales. También es importante tomar en cuenta antecedentes familiares, y previos síntomas similares. Dos preguntas básicas son usualmente utilizadas para ayudar en el diagnóstico de una depresión. Primero, deberán hacerse preguntas sobre la familia, historia personal previa a la depresión, o si el paciente ha sufrido de síntomas similares antes. Segundo, el paciente deberá responder a preguntas sobre como comenzaron sus síntomas y que tipo de evento los precipitó.

El paciente depresivo presenta una amplia variedad de síntomas que pueden ser clasificados como corporales, emocionales, y anímicos. Los síntomas corporales que más predominan incluyen dolores corporales crónicos, dolores de cabeza crónicos, problemas para dormir (insomnio severo), problemas con despertarse temprano y para comer (cambios de apetito, anorexia, rápida perdida de peso); también predomina el dolor de cabeza crónico, y la disminución del deseo sexual – desde impotencia en los hombres hasta amenorrea (ausencia de la menstruación) o frigidez en las mujeres. Los síntomas emocionales por lo general son melancolía, ansiedad, y preocupación sobre el pasado, presente, y futuro. Finalmente, los síntomas anímicos consisten en pensamientos suicidas, y deseos de morir, y declaraciones como “la mañana es la peor parte del día”. El dolor de cabeza que cohabita con la depresión es considerado un dolor de cabeza tensional (tensión muscular).

El dolor de cabeza tensional puede ser producido por tensión muscular del cuello y cuero cabelludo. Este dolor, ocasionado por la contracción muscular voluntaria del paciente puede ocasionar dolor y se intensifica por la presencia de metabolitos tóxicos en los músculos afectados, o por el suministro deficiente de sangre, y por lo tanto de oxigeno en el área de la sien (isquemia cerebral). Los ejercicios y la relajación son muy beneficiosos para acortar el inicio del proceso doloroso.

Previamente, otro estudio sugirió que el dolor de cabeza tensional también puede ser producido por vasoconstricción extracraneal. Los investigadores observaron que ambas reacciones, vasoconstricción y tensión muscular, ocurren simultáneamente en situaciones de angustia. En un nuevo estudio se comprobó que durante el dolor de cabeza tensional los músculos del cuero cabelludo reciben mayor suministro de sangre.

El rol de los músculos ha sido cuestionado en recientes estudios. Según los investigadores, los músculos no manifiestan ningún tipo de actividad anormal durante el momento del dolor. Sin embargo, el concepto de tensión muscular, a pesar de ser contradictorio, sigue siendo importante. El dolor de cabeza tensional crónico puede disimular un serio desorden emocional como la depresión. Muchos pacientes prefieren los síntomas físicos, antes que los síntomas depresivos o de ansiedad. Ellos creen que el dolor es de origen orgánico, y prefieren este diagnóstico, ya que es más aceptable socialmente que el de un desorden emocional como la depresión.

Los síntomas de la depresión se pueden tornar en síntomas físicos y viceversa. La depresión es una enfermedad que yace oculta por los síntomas físicos del dolor de cabeza. Ciertos detalles de estos síntomas físicos pueden desenmascarar un caso de depresión. Por ejemplo, el dolor de cabeza que ocurre periódicamente por las mañanas (4-8 a.m.) y por las tardes (4-8 p.m.), especialmente durante los fines de semana, después de exámenes, o durante los primeros días de vacación. No es un dolor pulsante, pero si es firme y adormecedor. Puede afectar cualquier parte de la cabeza, comúnmente el área occipital del cráneo. Los pacientes describen el dolor como si sintieran una presión con sensación de calambre. También aseguran haber padecido los dolores por muchos años o por toda la vida. Los pacientes sienten estos dolores característicamente durante la mañana y la noche.

El diagnóstico del dolor de cabeza depresivo no debe incluir causas orgánicas (artritis cervical, anomalía ósea intervertebral de las articulaciones occipito-cervicales, invaginación o impresión basilar, mastoiditis crónica, mala oclusión en la articulación temporomandibular, lesión de la fosa posterior del cerebro).

Según estudios biológicos, la depresión es una enfermedad que afecta la producción de neurotransmisores de monoamino oxidasa en el cerebro (serotoninas y norepinefrinas). El descubrimiento de opioides o endógenos en el cerebro, endorfinas y encefalinas, ha sido un adelanto significante para nuestro conocimiento del dolor.

En la actualidad, el tratamiento del dolor de cabeza tensional se centraliza o enfoca en la depresión subyacente, y puede tratarse con terapia de auto sugestión relajante (biofeedback) o medicamentos antidepresivos.

Algunos investigadores afirman la posible relación entre la depresión y la migraña. En las investigaciones, se encontró una correlación interesante de algunos síntomas de ambas enfermedades. La migraña y la depresión presentan síntomas como debilidad, disturbio sensorial, dificultad al hablar y pérdida del conocimiento.

Aún no se ha determinado si el efecto antimigrañoso de la amitriptilina se debe a su acción incrementadora de los niveles de serotonina y norepinefrina en los extremos del nervio, o a su acción anticolinérgica, antihistamínica, y antiserotonérgica. Lo que si se ha comprobado es que su efecto antimigrañoso no está relacionado con su efecto antidepresivo.

En resumen, la depresión es una enfermedad común que se puede tratar una vez que sea reconocida. Es importante que el doctor asignado reconozca que el dolor de cabeza es producto de unal depresión, ya que el dolor es muy real y es un síntoma muy serio. El paciente debe saber que su recuperación se logrará, pero no será inmediata, y requiere de mucha cooperación y tiempo.

Los medicamentos prescritos que más se utilizan en el tratamiento del dolor de cabeza depresivo son: antidepresivos tricíclicos, inhibidores selectivos de recaptación de serotonina, y bloqueadores de monoamino oxidasa. Un médico deberá prescribir este tipo de medicamentos.