Los analgésicos son medicamentos de venta con o sin receta medica utilizados para controlar el dolor, incluyendo las migrañas y otros tipos de dolores de cabeza. Cuando una persona los utiliza a diario, o casi a diario, los analgésicos pueden contribuir al proceso que causa el dolor de cabeza. Aunque los analgésicos disminuyen la intensidad del dolor de cabeza durante algunas horas, parecen retroalimentar el ciclo del dolor, pudiendo causar dolores de cabeza crónicos. Si bajo estas circunstancias el paciente no deja de usar los analgésicos del todo, es probable que la cefalea crónica continúe, a pesar de cualquier otro tratamiento que se administre. Usualmente, cuando se interrumpe el uso de analgésicos, el dolor de cabeza puede empeorar durante varios días y el paciente puede sentir nauseas o vómitos. Sin embargo, después de un período de tres a cinco días, algunas veces más, estos síntomas comienzan a mejorar. En los pacientes que están dispuestos a perseverar, los dolores de cabeza cederán gradualmente como respuesta a una medicación más apropiada. La mayoría de los pacientes pueden interrumpir el uso de analgésicos en el hogar bajo supervisión médica, pero algunos lo encuentran difícil y pueden requerir hospitalización, ya que muchos pacientes han utilizado analgésicos varias veces al día durante muchos años.