Este documento explica la relación que tiene el estrés, como factor importante, con el Síndrome de Dolor Miofacial.

La relación que tiene el estrés con otras condiciones (ulceras estomacales, presión alta) ha sido reconocida por muchos años. Por el contrario, recientemente se viene reconociendo una nueva relación entre el estrés y los tipos más comunes de dolor facial. Originalmente, el término que se utilizaba era “Síndrome de la Articulación Temporomandibular (ATM)”, porque se pensaba que el problema era de carácter artrítico, y afectaba la articulación inferior de la mandíbula. Nuevos estudios han demostrado, sin embargo, que el problema realmente afecta los músculos que se encargan del movimiento de la mandíbula. El término que se utiliza en la actualidad para describir la condición es “Síndrome de Dolor Miofacial”. Gracias a este término, se ha podido entender mejor las causas del problema, y por consiguiente, se ha podido desarrollar formas más simples y efectivas de terapia.

¿Cuales son las características del Síndrome de Dolor Miofacial? El síntoma más común del Síndrome de Dolor Miofacial es un dolor adormecedor, muy intenso dentro y alrededor de la oreja. Este dolor puede extenderse hacia un lado del cuero cabelludo (dolor de cabeza temporal), nuca, o cuello, y puede empeorar al masticar, bostezar o hablar demasiado. A algunos pacientes se les hace difícil abrir la boca, y otros experimentan sonidos articulares (sonidos de chasquido) y ruidos crépitos (ruido arenoso o de trituración) en las articulaciones mandibulares. También es común la presencia de áreas blandas en los músculos de la mandíbula.

En el principio se creía que el síndrome estaba relacionado con problemas de masticación. Ahora sabemos que en la mayoría de casos este doloroso espasmo muscular está relacionado con el estrés sicológico. Esto no significa que el dolor es imaginario. Por el contrario, al igual que con una ulcera, las situaciones de estrés pueden producir cambios en las funciones corporales y generar molestias físicas.

Esta enfermedad por lo general afecta más a las mujeres que a los hombres. Esto puedo estar relacionado, en parte, con el cambio de rol de la mujer en la sociedad (mayor exposición de situaciones de estrés). Aunque puede presentarse en cualquier edad, la mayoría de pacientes se encuentran entre los veinte y cuarenta años de edad.

Los individuos que sufren de este síndrome son aquellos que tienen dificultad de sobrellevar sus situaciones de estrés, o no pueden desfogar correctamente sus emociones. Como consecuencia, tienden a desarrollar tensiones internas, y también aumenta la tensión en sus músculos, principalmente los músculos masticadores. Algunos pacientes optan por hábitos para aliviar la tensión (apretón de dientes o Bruxismo). Este tipo de hábito resulta perjudicial para el movimiento de la mandíbula.

Para eliminar los síntomas del doloroso espasmo muscular en la mandíbula, se utiliza una terapia inicial que incluye el uso de calor y relajación muscular, masajes, medicamentos para el dolor, y dietas suaves no masticables. Esta terapia dura por lo menos una o dos semanas. Para los pacientes con hábitos de Bruxismo (apretón de dientes), el dentista puede a veces confeccionar un aparato de plástico que evite que los dientes se junten. Este aparato es particularmente útil para los individuos que aprietan sus dientes inconcientemente mientras duermen.

La terapia inicial del Síndrome de Dolor Miofacial es importante. Igualmente importante es el entendimiento del paciente sobre la relación de su enfermedad y los factores sicológicos. La sicoterapia, al igual que los métodos de relajación, bioterapia [biofeedback], y antidepresivos tricíclicos, ha sido efectiva para tratar la enfermedad.

El Síndrome de Dolor Miofacial no puede ser predecido, lamentablemente, a pesar de su vasta investigación. Sin embargo, una vez que se reconocen los síntomas, estos pueden ser tratados efectivamente. La temprana intervención es importante para evitar que el espasmo muscular produzca desviación de la mandíbula y cambios artríticos en la articulación mandibular. Si esto ocurre, se debe optar por formas más complejas de tratamiento, incluyendo la cirugía. Los pacientes que muestren los síntomas deben visitar a sus dentistas inmediatamente. Hoy, gracias al vasto conocimiento que tenemos sobre el Síndrome de Dolor Miofacial, podemos decir que ya no es necesario que el paciente opte por hábitos de Bruxismo y viva con el dolor.

Daniel M. Laskin, D.D.S., M.S., Director
Temporomandibular Joint and Facial Pain Research Center
University of Illinois Medical Center